La etiqueta energética se implantó en el año 1995 y es una propuesta de la Unión Europea para incidir en la decisión de compra de los consumidores de electrodomésticos, aparatos de climatización y coches, con la finalidad de promover aquellos que sean eficientes energéticamente.

Son unos distintivos para que los consumidores puedan diferencian los aparatos que consumen menos energía de los más contaminantes.

Directivas europeas que regulan la etiqueta energética

La regulación que impulsó el desarrollo del etiquetado energético fue la Directiva 92/75/EC. Afectaba a la mayoría de los electrodomésticos de gama blanca (frigoríficos, lavadoras, etc.). La clasificación iba de la letra A (más eficiente) a la G (menos eficiente).

A partir del año 2009 se modificó y amplió esta legislación con las Directivas de Ecodiseño-Ecodesign, la Directiva de eficiencia energética y la Directiva Europea sobre etiquetado energético – Energy Labelling.

A partir de estas reglamentaciones, se fueron publicando distintos reglamentos particulares como la incorporación de las nuevas categorías energéticas A+, A++ y A+++. Antes solo existían las etiquetas A, B, C, D, E, F y G. Hasta el año 2020 se pueden ir añadiendo clasificaciones adicionales.

En el ámbito de los electrodomésticos, la legislación obliga a los fabricantes de Combis, frigoríficos, congeladores, lavadoras, secadoras, lavavajillas, televisiones, aires acondicionados y hornos a aplicar el etiquetado energético a sus productos.

¿En qué se basa la clasificación de las etiquetas energéticas?

El etiquetado energético se ordena según el Índice de Eficiencia Energética. Un número que se obtiene después de dividir la capacidad en términos de watts que tiene un aparato entre la cantidad de watts que en una hora consume el mismo.

El resultado de esta operación es el coeficiente energético y es, dicho de una manera más clara y entendedora, la relación que se establece entre la potencia eléctrica del dispositivo y el consumo real del mismo en un periodo de 60 minutos.

Una vez obtenido este índice los fabricantes de electrodomésticos ya pueden clasificar cada aparato con su etiqueta correspondiente: A+++, A++, A+, A, B, C, D, E, F y G.

Etiquetas D, E, F y G

Estas identificaciones se refieren a los electrodomésticos que tienen poca eficiencia energética y son los primeros candidatos a ser retirados del mercado. En el caso de los frigoríficos tienen un índice de eficiencia energética superior a 100, una cifra muy superior al índice de los refrigerados A+++.

Etiquetas A B y C

Los electrodomésticos que están etiquetados con este distintivo tienen un consumo energético medio, en comparación con las últimas novedades del mercado. Tienen un índice de eficiencia energética inferior a 100 y superior a 50 en el caso de los frigoríficos.

Etiquetas A+, A++ y A+++

Estas son las etiquetas que identifican a los electrodomésticos con la máxima eficiencia energética. En el caso de los equipos de refrigeración como neveras y congeladores, tienen un índice de eficiencia energética menor que 22 en el caso de los A+++, menor que 33 en el de los A++ y menor que 42 en el de los A+.

Este es, a grandes rasgos, el sistema de clasificación energética de electrodomésticos.

No obstante, además de tener el distintivo energético, cada etiqueta cuenta con información específica para cada una de las clases de electrodomésticos.

Puedes ver, a continuación, qué información adicional contiene la etiqueta de cada electrodoméstico.

Etiquetado energético en frigoríficos

Las etiquetas de las neveras y sistemas de refrigeración de alimentos tienen:

• el consumo anual de energía del electrodoméstico en kWh
• la cantidad de productos frescos en litros
• la capacidad de alimentos congelados en litros
• el ruido en decibelios

Etiquetado energético en lavadoras

Las etiquetas de estos electrodomésticos incluyen:

• el consumo total del mismo en kWh por año
• la capacidad total de ropa en kilos
• el consumo de agua en litros por año
• la eficiencia energética del lavado
• el ruido del lavado y el centrifugado en decibelios

Etiquetado energético en televisores

Las etiquetas de estos electrodomésticos incluyen:

• Carga de diseño en KW.
• Factor de eficiencia energética estacional (EER).
• Consumo anual de energía en KWh.
• Coeficiente de rendimiento estacional (SCOP).
• Niveles de potencia acústica de las unidades de interior y exterior, expresada en dB.

Etiquetado energético en Aire Acondicionado

Las etiquetas de estos electrodomésticos incluyen:

• el consumo total del mismo en kWh por año
• la potencia en vatios
• dispositivo de encendido visible y un consumo menor de 0.01 vatios en Standby
• Tamaño de pantalla en pulgadas y centímetros.

Los distintivos energéticos son muy útiles para diferenciar de manera sencilla los electrodomésticos que tienen un consumo de energía eficiente de los que no.

En Hisense fabricamos electrodomésticos eficientes energéticos que parten siempre de un nivel de eficiencia energética A y que puede llegar hasta el A+++.

Este tipo de electrodomésticos, son perfectos para respetar el medio ambiente y además conseguir un ahorro significativo en la factura eléctrica de nuestro hogar.

Entre los electrodomésticos más eficientes de Hisense puedes encontrar:

Frigoríficos A+++ Hisense: Con la clasificación energética A+++ los frigoríficos Hisense consiguen la mayor eficiencia con el mínimo consumo. Existe una amplia gama de frigoríficos con clasificaciones enerégircas A++ y A+++ entre los que poder elegir. Además, los nuevos Combis son A+++  tienen Motor Inverter que ayuda a reducir el consumo energético.

Lavadoras A+++ Hisense: Las innovadoras lavadoras Hisense cuentan con un diseño moderno y funcional, con un gran display intuitivo que hace que el uso de la lavadora sea mucho más fácil. Además todas tienen 10 años de garantía en el motor.